La rumiación es un proceso cognitivo que se caracteriza por pensamientos negativos y repetitivos sobre una situación o un problema específico. Está asociado con diferentes trastornos emocionales, especialmente con la depresión. Algunos estudios han demostrado que la rumiación puede predecir peores resultados en el tratamiento de la depresión con terapia cognitivo-conductual (TCC). Sin embargo, estos estudios se basaban en medidas de autoinforme, es decir, en la evaluación que los propios pacientes hacen de sus rumiaciones.
Recientemente, se publicó un artículo en la revista Behaviour Research and Therapy en el que se evaluó cómo afecta la presencia de rumiaciones observadas en las sesiones de terapia cognitivo-conductual, en los resultados del tratamiento para la depresión. Para ello, se desarrolló una medida de observación de la rumiación en la sesión, que permitió evaluar de manera fiable su asociación con la depresión.
La rumiación observada se operativizo como la presencia de conversaciones repetitivas, negativas y pasivas sobre temas depresivos. Esta medida fue aplicada por estudiantes universitarios, que evaluaron la intensidad y la duración con que se daban las rumiaciones durante 57 sesiones iniciales y 45 sesiones intermedias de tratamiento de 63 pacientes con trastorno depresivo mayor que participaron en el estudio PREDICT CBT (Dunlop et al., 2017). Los juicios de los diferentes estudiantes acerca de la presencia, duración e intensidad de la rumiación, mostraron una razonable congruencia (todos los ICC > 0,69).
Los resultados del estudio mostraron que una mayor intensidad de rumiación durante la sesión inicial de tratamiento se asoció con niveles más altos de síntomas depresivos subsiguientes (p < 0,023). Esto significa que la presencia de rumiación durante la fase inicial del tratamiento se relacionó con mayores niveles de depresión en las fases posteriores de la terapia. Además, la intensidad y duración de la rumiación durante la fase intermedia del tratamiento se asociaron significativamente con niveles más altos de depresión al final de la terapia (p < 0,02), según la evaluación médica.
Los resultados del estudio sugieren que la rumiación observada durante la sesión de TCC puede ser un factor importante a considerar en el tratamiento de la depresión. La presencia de rumiación durante la fase inicial del tratamiento se relacionó con mayores niveles de depresión en las fases posteriores, mientras que la intensidad y duración de la rumiación durante la fase intermedia del tratamiento se asociaron con niveles más altos de depresión al final de la terapia. Estos resultados sugieren la importancia de abordar la rumiación durante el tratamiento de la depresión con TCC, ya que puede ser un obstáculo para la recuperación.
No obstante, cabe destacar que en este estudio no se encontró una asociación entre la rumiación observada durante la sesión y los autoinformes del paciente sobre la gravedad de la depresión. Esto significa que la presencia de rumiación durante la sesión no se relacionó con el juicio del paciente sobre la intensidad de sus síntomas depresivos. Este hallazgo es interesante y sugiere la necesidad de investigar más a fondo la relación entre la rumiación observada durante la sesión y los autoinformes del paciente.
En conclusión, este estudio muestra que la rumiación observada durante la sesión de TCC puede ser un factor importante a considerar en el tratamiento de la depresión. Abordar la rumiación durante el tratamiento puede ser esencial para mejorar los resultados del tratamiento y promover la recuperación de los pacientes.
Para más información remitimos al artículo original publicado en octubre de 2022 en la revista especializada Behaviour Reserach and Therapy
En el Centro de Psicología AARON BECK se evalúa la presencia de rumiaciones mediante medidas de autoinforme, al igual que la presencia de síntomas depresivos. Si se detecta un presencia significativa de tales síntomas, se corrobora posteriormente mediante entrevista semiestructurada. Existen técnicas específicas para el tratamiento de las rumiaciones, que también forman parte de la terapia cognitivo-conductual de la depresión, y que han de ser aplicadas para conseguir los resultados terapéuticos buscados.
Cuando estos pensamientos automáticos repetitivos y pasivos son de contenido ansiógeno, se habla de preocupaciones excesivas. Una conducta problema similar y que se aborda también con técnicas específicas.
El papel de las rumiaciones en el tratamiento de la depresión se estudia en profundidad en nuestro Curso teórico-aplicado de Evaluación y Tratamiento Cognitivo-Conductual de la Depresión, que se imparte de forma permanente, a distancia.
Resumen: La rumiación es un tipo de pensamiento negativo que se repite una y otra vez y que se asocia con la presencia de depresión. Estudios anteriores han demostrado que la presencia de rumiaciones es un predictor de peores resultados en la terapia cognitivo-conductual (TCC) para la depresión. No obstante, estos estudios se basaron en medidas de autoinforme. En un reciente artículo publicado en Behaviour Research and Therapy, se evaluó la presencia de rumiaciones de forma más objetiva, recurriendo a la observación dentro de la sesión. . Los resultados mostraron que la presencia observada de rumiación durante la fase inicial de tratamiento se asoció con mayores niveles de depresión en las fases posteriores de la terapia. Además, la intensidad y duración de la rumiación observada durante la fase intermedia del tratamiento se asoció de forma significativa con niveles más altos de depresión al final de la terapia. Como cabía esperar, no se encontró una asociación entre la rumiación observada en sesión y la gravedad de la depresión medida con autoinformes . Estos resultados sugieren que la rumiación observada en sesión puede ser un factor importante a considerar en el tratamiento de la depresión, y aporta información complementaria a la obtenida con autoinformes.
Es importante destacar que la mayoría de los protocolos de tratamiento cognitivo-conductual para la depresión, incluyen técnicas específicas para abordar las rumiaciones, cuyo efectividad ha sido respaldada por estudios previos. Sin embargo, los protocolos analizados en este estudio son generalistas y no incluyen estas técnicas específicas. Por tanto, la presencia de rumiaciones no tiene porqué asociarse necesariamente con un por pronóstico. Es importante detectar su presencia y aplicar los procedimientos terapéuticos específicos adecuados, para conseguir los resultados deseados.