En la mañana del pasado 1 de noviembre de 2021, fallecía Aaron T. Beck, a la edad de 100 años. Fallecía en su casa, de forma plácida, según comunicó ese mismo día la familia del psiquiatra norteamericano.
Mi tío abuelo Aaron Beck, el brillante y revolucionario psiquiatra que desarrolló la terapia cognitivo-conductual, falleció anoche a los 100 años. Me siento muy agradecido de haberlo visitado la semana pasada. Me reconforta saber que él fue alguien que hizo el mundo mejor. pic.twitter.com/gzgNlfohVi
— Kate Bahn (@LipstickEcon) November 1, 2021
Aaron Beck, que dio nombre a nuestro centro, es mundialmente conocido por la creación y desarrollo de la terapia cognitiva, y por su influyentes aportaciones a la terapia cognitivo-conductual, y en general, a la terapia psicológica basada en la evidencia.
Aaron Beck nació en julio de 1941 en Providencie, Rhodes Island (USA), siendo hijo de inmigrantes judíos procedentes de Rusia. Estudió en la Universidad de Boston para luego graduarse con el título de medicina en la Universidad de Yale en 1946.
A principios de los años 60 ingresó como psiquiatra en la Universidad de Pensilvania, y fue aquí donde comenzó a desarrollar la terapia cognitiva. Inicialmente trató de someter a prueba los principios del psicoanálisis en pacientes deprimidos, principalmente la importancia de estructuras psicológicas inconscientes como el Yo, el SuperYo o el Ello.
Poco a poco fue percatándose de la importancia de los pensamientos que tenían los pacientes deprimidos, así como sus verbalizaciones, y cómo estos influían en sus emociones, su forma de comportarse y las consecuencias que todo ello tenía en el mantenimiento de sus esquemas mentales y problemas psicológicos. Realizó una labor ingente para caracterizar tales tipos de pensamientos, resumiéndolo en lo que se ha venido a conocer como la Triada Cognitiva: las personas con depresión mayor se caracterizan por tener una visión negativa acerca de sí mismos, del mundo y su futuro.
Gran parte de este trabajo con pacientes con depresión quedó resumido en un libro hoy clásico e irrepetible en la historia de la psicología científica: Terapia Cognitiva de la Depresión, publicado en 1967. Este libro no sólo es un clásico por presentar los fundamentos teóricos de la terapia cognitiva, sino también un gran compendio de técnicas psicológicas procedentes de diferentes corrientes, que se integran junto a la discusión socrática o los experimentos conductuales, para configurar un protocolo de tratamiento que puede ser adaptado a cada paciente con depresión, teniendo en cuenta sus circunstancias experienciales y personales.
Posteriormente se vio que estos planteamientos conceptuales y tecnológicos que se podían aplicar a la mayoría de los trastornos psicológicos: depresión, distimia, trastorno bipolar, trastornos de ansiedad, esquizofrenia, trastornos somatomorfos, trastornos alimentarios, dolor crónico y trastornos de personalidad, por citar sólo algunos.
En esta breve entrada queremos resaltar la labor integradora que llevó a cabo, tendiendo puentes entre diferentes enfoques teóricos y campos de estudio de estudio. En este sentido, fue una persona congruente con sus planteamientos terapéuticos. Aaron Beck mostró que es posible mejorar el estado de salud mental de una persona, ayudándole a pensar de una forma más racional, adaptativa, funcional y en definitiva, de una forma más constructiva.
Esta misma postura abierta, constructiva y colaboradora es que ha permitido extender la terapia cognitiva y la terapia cognitivo-conductual a un amplio abanico de campos de estudio diferentes.
Fue esta misma actitud y planteamiento el que que nos transmitió a nosotros, cuando nos permitió llamar a nuestro centro, Centro de Psicología AARON BECK.