En el último número de la revista Psicothema se publica un artículo resultado de la colaboración de las Facultades de Psicología de las Universidades de Zaragoza y Jaume I, en el que se trata de comparar el valor predictivo que tienen diferentes factores de vulnerabilidad que en los últimos años se han venido relacionando con una mayor gravedad del trastorno de pánico. En concreto se estudian los rasgos de personalidad de neuroticismo y extraversión (a través del NEO-PI-R), la sensibilidad a la ansiedad (a través del ASI) y la percepción de control (mediante el ACQ-R), siendo todos ellos constructos ampliamente estudiados en relación con el trastorno de pánico: el número de ataques de pánico, su gravedad, número de síntomas, cronicidad del trastorno, entre otros.
Jorge Osma López y demás investigadores recurrieron a una muestra de 52 participantes que cumplían con el diagnósticos de trastorno de pánico, con o sin agorafobia, según los criterios diagnósticos de la versión anterior del DSM: el DSM-IV-TR y les administró los cuestionarios comentados anteriormente: NEO-PI-R, ASI-3 y ACQ-R.
Encontraron que el rasgo de personalidad de ansiedad, era mejor predictor de la gravedad del trastorno de pánico, que el rasgo de personalidad de neuroticismo. El modelo predictivo se veía significativamente mejorado por la inclusión de la variable sensibilidad a la ansiedad, y en un tercer paso, se veía mejorado el modelo predictivo por la inclusión de la percepción del control sobre la emociones.
La principal conclusión de los autores es que la recomendación de utilizar dimensiones de orden inferior, como las utilizadas en este estudio, para analizar la importancia de los factores de vulnerabilidad en los diferentes trastornos psicológicos. Esto es así, porque rasgos como la ansiedad, tenían mayor capacidad predictiva que otros de orden mayor que se obtienen a partir de estos, como es el caso del neuroticismo (que se obtiene a partir de otros rasgos de orden inferior como la ansiedad, hostilidad, depresión, autoconciencia, impulsividad y vulnerabilidad.
La sensibilidad a la ansiedad se refiere al miedo a los síntomas propios de estados de alta ansiedad, a los pensamientos que le acompañan y a las reacciones sociales que puedan tener los demás. Se compone de 3 escalas, que evalúan 3 componentes de la ansiedad: componente somático, cognitivo y social. Habitualmente los estudios encuentran que las personas que puntúan más alto en el componente somático son las que presentan mayor gravedad de síntomas. Sin embargo este componente, ni los demás, aunque fueron medidos, no son reportados, por lo que no se puede hablar de su poder predictivo, siendo esta una limitación seria del estudio.
Finalmente los autores prestan atención al hecho de que la percepción de control sobre las emociones e indican que tiene repercusiones sobre la terapia para el trastorno de pánico, la cual debería incluir técnicas de control emocional. Sin embargo, consideramos que la terapia cognitivo-focal, el tratamiento de elección para el trastorno de pánico, contempla la técnica de exposición interoceptiva, que se centra en que la persona aprenda a controlar sus reacciones de ansiedad. En este sentido, entendemos que se trata de una técnica que no sólo incide sobre la sensibilidad a la ansiedad, reduciéndola, sino también en las creencias y reacciones emocionales desadaptativas que la persona ha ido aprendiendo a desplegar durante los ataques de pánico.
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