Introducción
El Ministerio de Sanidad ha presentado el “Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027” en el que, sorprendentemente, propone reducir un 10% la oferta de plazas para formación en especialidades clave de salud mental, como la psiquiatría, la psicología clínica y la enfermería de salud mental. Esta propuesta llega en un contexto ya de por sí complicado, en el que, según informes de la OCDE, el 60% de los pacientes que requieren tratamiento psiquiátrico no lo reciben. En España, la ratio de profesionales de salud mental por cada 100.000 habitantes se encuentra entre las más bajas de Europa, con una media de 8 a 10 especialistas, en contraste con los 18 que existen en otros países de la Unión Europea.
El impacto de la propuesta
Una de las líneas más controvertidas del Plan de Acción es la que apunta a reducir en un 10% el número de plazas acreditadas en las especialidades relacionadas con la salud mental. Tal y como explica Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, esta propuesta implicaría una disminución en los recursos humanos destinados a la salud mental en el Sistema Nacional de Salud (SNS), que ya enfrenta una notable escasez de profesionales.
La opinión de los expertos
Celso Arango y otros especialistas en salud mental no han dudado en calificar esta propuesta como un “error garrafal”. En su opinión, la oferta de plazas ya está en niveles cercanos al 100%, por lo que reducirlas aún más empeoraría la ya insuficiente asistencia sanitaria en este ámbito. Según Arango, la propuesta carece de sentido, pues debería contemplarse un aumento, no una reducción, de las plazas en especialidades críticas como la psicología clínica, para mejorar la ratio de profesionales en el país.
Un plan sin consenso
El Plan de Acción también ha sido criticado por no contar con el aval de los expertos. La Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y otros organismos de referencia han expresado su desacuerdo con varios de los puntos del plan, lo que ha llevado incluso a retirar su apoyo al documento. Además, la forma en que el plan ha sido elaborado ha generado malestar entre los profesionales, ya que muchos consideran que no se les ha consultado adecuadamente y que el contenido refleja más una voluntad política que una necesidad real en la atención sanitaria.
El problema de la deprescripción de psicofármacos
Otro punto de conflicto en el plan es la propuesta de “deprescripción de psicofármacos”, que ha sido rechazada por la SEPSM. Los expertos consideran que esta medida pone en duda la validez del tratamiento farmacológico en salud mental, sugiriendo que debería hablarse de un “uso adecuado” de los psicofármacos en lugar de su reducción sistemática.
Conclusión
El Plan presentado por el Ministerio de Sanidad refleja la falta de visión en la gestión de la salud mental en España. Reducir la oferta de plazas en un contexto ya deficitario no parece la respuesta adecuada. Como psicólogos, debemos seguir luchando por una mayor inversión en recursos humanos y materiales para garantizar una atención de calidad a todas las personas que lo necesiten.
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