La ministra de Sanidad, Mónica García, ha comunicado que su departamento implementará una línea de financiación específica en salud mental destinada a atender las necesidades de los afectados por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA). García explicó que esta medida busca paliar los efectos psicológicos de los desastres naturales, que suelen ser intensos y prolongados. A través de la red social X, la ministra anticipó que en breve se ofrecerán más detalles sobre esta financiación, que cubrirá la asistencia inmediata y el apoyo a medio plazo para los afectados.
En este contexto, el Ministerio está organizando equipos de intervención multidisciplinar de psicólogos y psiquiatras especializados en emergencias. Estos equipos trabajarán tanto en el abordaje inicial como en el seguimiento de casos. La intervención temprana y sostenida permitirá observar y mitigar la evolución de los síntomas psicológicos, que podrían intensificarse con el tiempo debido al impacto de la DANA.
A nivel regional, la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana ha establecido puntos de atención psicológica en municipios muy afectados como Albal, Alfafar y Catarroja. Además, ha habilitado Unidades de Salud Mental en Ribera, Utiel y Requena para atender necesidades inmediatas. También, para las familias de personas fallecidas, se activó una Unidad de Asistencia Psicológica con 50 profesionales, reconociendo la magnitud del impacto emocional del desastre.
García ha reiterado el compromiso del Gobierno central con la Comunidad Valenciana, destacando la colaboración del Comisionado de Salud Mental para garantizar la continuidad de los servicios. En este marco, profesionales de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han sido desplegados para asistir a los afectados y a los equipos de primera línea.
El anuncio coincide con el primer informe de evaluación de riesgos para la salud de la DANA, elaborado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). Este informe subraya que el impacto en la salud mental podría prolongarse al menos tres años, debido al alto grado de daño emocional causado. Los organismos de salud están preparando un informe de evaluación específico para diseñar futuras estrategias de intervención y cuidado.
La implementación de esta financiación específica para salud mental refuerza el reconocimiento de los efectos psicológicos de los eventos climáticos extremos y subraya la necesidad de un enfoque integral en el bienestar de los afectados.