Revisión de la relación entre rumiaciones, depresión postnatal y apego del menor

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Portada de la revista Behaviour Research and Therapy

Portada del Behaviour Research and Therapy

La depresión postnatal es un trastorno psicológico, que se define como la presencia de un episodio depresivo durante el primer año tras el parto. Se estima que tiene una prevalencia del 13% durante los 3 primeros meses tras el parto y que en el 30% de los casos las madres pueden desarrollar síntomas depresivos más persistentes e incluso sufrir episodios depresivos adicionales.

La depresión postparto es un problema de salud pública relevante no sólo por su impacto sobre la salud mental de la madre, sino también porque puede afectar también a la larga sobre la salud mental del menor. La literatura científica ha identificado diferentes tipos de efectos negativos que tiene la depresión posparto sobre los hijos, en el plano cognitivo, conductual y emocional, pero poco se sabe acerca del mecanismo psicológico a través del cual los problemas de salud de la madre afectarían negativamente al hijo. Se ha propuesto que la calidad cuidados parentales es menor, que las madres se muestran menos sensibles y atentas a las necesidades de los niños, y que se relacionan con ellos de una forma excesivamente evitativa o bien por el contrario intrusiva.

En un reciente artículo de revisión, publicado en la revista Behaviour Research and Therapy por investigadores de la Universidad de Oxford, se trata de determinar el papel que desempeñan las rumiaciones en el vínculo existente entre la existencia de depresión postnatal y la adopción de un estilo parental inadecuado. Las investigaciones recientes indican que la rumiación, como un componente cognitivo de la depresión, desempeña un papel importante en el mantenimiento y empeoramiento de la depresión.

La rumiación se define como un modo de responder a la angustia, que consiste en centrarse de forma pasiva y repetitiva en los síntomas de angustia y en las posibles causas y consecuencias de estos síntomas. La pérdida suele ser el tema central de las rumiaciones, y se caracteriza por el procesamiento continuado y repetitivo de material emocional negativo. Las personas que rumian cuando se angustian son más propensas a deprimirse y a estar deprimidas durante más tiempo. Se concibe como un rasgo de personalidad y como un factor de riesgo para otros tipos de problemas.

Diferentes autores han propuesto que la rumiación puede ser un mecanismo cognitivo a través del cual los trastornos mentales perinatales pueden afectar al estilo de cuidado parental.

baby-499976_960_720[1]El estudio de revisión concluye que existe una fuerte conexión entre la presencia de rumiaciones y el desarrollo posterior de depresión postnatal, pero que dicha conexión se ve mediada por diferentes tipos de variables relacionados con la madre, el niño y el contexto social/ambiente, sugiriendo que la rumiación desempeña un papel complejo a la hora de predecir el desarrollo posterior de depresión, ya que requiere de la presencia de otros factores.

Los psicólogos de la Universidad de Oxford también encontraron en su revisión de artículos, que la rumiación también tiene un importante impacto sobre el desarrollo de los vínculos afectivos y el apego, de tal manera que cuanto hay una alta tendencia a rumiar, suele aparecer posteriormente en el menor dificultades de apego y para establecer vínculos afectivos el menor. Sin embargo, los artículos analizados no utilizan diseños longitudinales ni medidas objetivas (sólo los autoinformes de las madres). También se concluye que resulta necesario concretar otras variables que permitan determinar cómo las rumiaciones afectan posteriormente a la madre (por ejemplo, haciendo que se deprima) y al menor (por ejemplo, haciendo que su apego no sea seguro).

Los estudios experimentales revisados ofrecen un fuerte apoyo al papel que tiene la rumiación (o un proceso similar como es la rumiación) sobre el grado en que la madre atiende a las demandas del niño y despliega estrategias adecuadas de resolución de problemas.

La revisión apunta a que no se ha estudiado adecuadamente la temática sobre la que versan las rumiaciones dentro de la depresión postnatal. Aaron Beck la estudió dentro de la depresión en general, encontrando que versan sobre “pensamientos obsesivos acerca de que se es una mala madre”, “de que no se tiene control sobre los pensamientos” y “de desconcierto acerca de lo que le está pasando”. Sería interesante conocer el contenido de dichas rumiaciones dentro de la depresión postnatal, aunque nada apunta que tenga que ser necesariamente de temática diferente.

Para más información:

DeJong, H., Fox, E. & Stein, A. (2016). Rumination and postnatal depression: A systematic review and a cognitive model. Behaviour Research and Therapy, 82, 38-49

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