La alexitimia como un factor de riesgo y secuela de la violencia de pareja

Compartir en redes sociales:

Acta de Investigación Psicológica Esta investigación tuvo como objetivos estimar los niveles de alexitimia y violencia de pareja (recibida y ejercida) en mujeres, asimismo estudiar la relación entre alexitimia y violencia.

Se define alexitimia como un rasgo de personalidad caracterizado por dificultades para identificar y expresar sentimientos, pobreza de la fantasía y pensamiento externamente orientado.

La persona con alexitimia genera frustración y enojo en la pareja ante situaciones de conflictos y demandas de afecto por su dificultad para entender estas situaciones y dar respuestas efectivas (Espina, 2002), por lo que seguramente reciba hostilidad de su pareja. Moral (2008a) observó que la alexitimia era un factor de riesgo de desajuste marital, especialmente en hombres, junto con la depresión. Argumentaba que en la relación entre alexitimia, depresión y desajuste puede estar mediando la violencia ejercida por la pareja ante los conflictos no resueltos. Esta violencia genera indefensión e incrementa el desapego, lo que empeora el ajuste a la pareja.

La escala de alexitimia de Toronto (TAS-20) y el Cuestionario de Violencia en la Pareja fueron aplicados a una muestra no probabilística de 118 mujeres mexicanas con pareja heterosexual.

El Cuestionario de violencia en la pareja de Moral y Ramos (2014) fue desarrollado para este estudio partiendo del estudio de Moral y López (2012). Está integrado por dos escalas. Por una parte está la escala que evalúa violencia recibida de la pareja. Se compone de 27 ítems directos. Se responden en relación con la frecuencia y el daño recibido en un rango de 5 puntos (de 1 “nunca” o “ninguno” a 5 “siempre” o “mucho”) en aspectos de violencia física, psicológica, social, económica y sexual. Se obtienen dos puntuaciones, una de frecuencia de actos de violencia recibidos y otra de daño recibido, ambas con un rango de 27 a 135. Una mayor puntuación refleja mayor victimización.

Por otra parte está la escala que evalúa violencia ejercida contra la pareja. Se compone de 12 ítems directos. Se responden en relación con la frecuencia y el daño provocado en un rango de 5 puntos (de 1 “nunca” o “ninguno” a 5 “siempre” o “mucho”) en aspectos de violencia física, psicológica, social, económica y sexual. Se obtienen dos puntuaciones, una de frecuencia de actos violentos perpetrados y otra de daño ocasionado, siendo el rango de la puntuación total de 12 a 60. Una mayor puntuación refleja que mayor violencia ejercida contra la pareja.

Se encontró alexitimia (TAS-20 ≥ 61) en el 42% de las mujeres, violencia recibida en el 25% (víctimas) y de violencia ejercida en el 5% (agresoras). La violencia recibida fue mayor que la ejercida. Es decir, había más mujeres víctimas que agresoras.

Se observó un patrón de violencia reactiva en el que la alexitimia actúa como un factor de riesgo. Esto probablemente se deba a los problemas de ajuste y control que la alexitimia conlleva.

Se aconseja evaluar la alexitimia en los estudios e intervenciones en violencia de pareja.

Como apunte de la editorial apuntar y resaltar el hecho de que se trata de un estudio transversal de tal manera que no cabe realizar atribuciones de direccionalidad ni de causalidad. A nivel conceptual cabe esperar que entre las víctimas de violencia de género, en torno a un 33-66% (Golding, et al. 1999) desarrollarán Trastorno de Estrés Postraumático. “El síntoma más característico, específico y llamativo del  TEPT es la intrusión persistente y repetitiva de imágenes, recuerdos, estados somáticos y fuertes emociones relacionados con el trauma, tanto de manera espontánea como desencadenados por asociación mental con eventos no traumáticos de la vida cotidiana”, tal como explica el Dr. José Luis González de Rivera y Revuelta para quien el signo más típico TEPT “es una alteración cognitiva con constricción y pérdida de la plasticidad de las asociaciones, que se puede interpretar como una función defensiva para evitar el desencadenamiento incontrolado de la repetición mental del trauma. Esta constricción cognitiva habitualmente se asocia con constricción o entumecimiento emocional, consistente en pérdida de la resonancia afectiva y capacidad de experimentar afecto. Otros signos clínicos importantes incluyen hipervigilancia, exagerada respuesta de orientación, con sobresalto fácil, insomnio de conciliación y despertares frecuentes, generalmente por el efecto ansiógeno de pesadillas, así como tendencia a la irritabilidad, poca tolerancia a la frustración y, ocasionalmente, pobre control de los impulsos”. Por tanto, cabe esperar que el cuestionario de alexitimia de Toronto no esté evaluando un rasgo de personalidad previo a la agresión, sino una de las secuelas de la exposición a la violencia de pareja. Los problemas que presentan las víctimas para identificar y expresar sus emociones serían realmente las estrategias a las que recurre para evitar reexperimentar el trauma. Se trata de estrategias de evitación de todo tipo de estímulos con carga emocional intensa, que por afinida emocional, evocan el trauma. En congruencia con este modelo conceptual, las víctimas de violencia se convertirían en alexitímicas.

Para dilucidar esta cuestión resulta necesario recurrir a un diseño longitudinal e incluir y controlar otras variables que en parte pueden explicar los resultados.

A pesar de ello resulta llamativo que se encuentren puntuaciones altas de alexitimia en víctimas de violencia de pareja y por ello este artículo es de gran transcendencia en el estudio del TEPT y la violencia de pareja/género.

Artículo original:

Moral de la Rubia, J. & Ramos, S. (2015). Violencia de Pareja y Alexitimia en Mujeres Neoleonesas. Acta de Investigación Psicológica, 5 (1):1831-1845.

Enlace permanente a este artículo: https://noticias-psicologia.cpaaronbeck.com/2015/07/alexitimia-factor-riesgo-secuela-violencia-pareja/