Investigadores de la Universidad de California han encontrado que la depresión, cuando no es tratada y por tanto se hace crónica, puede conducir a un envejecimiento prematuro de las células del sistema inmunológico, en concreto acortando los telómeros, lo que a su vez provocaría que estas personas fueran más propensas a desarrollar problemas de diabetes, osteoporosis, accidentes cardiovasculares, demencia y otras enfermedades físicas.
La longitud de los telómeros es un buen indicador de la edad de las células, por lo que su acortamiento propicia la aparición temprana de enfermedades relacionadas con la edad avanzada.
El tipo de dieta y realizar ejercicio físico fomentan que la longitud de los telómeros sea adecuada.
Estos resultados también ponen de manifiesto la importancia de una intervención temprana y efectiva de la depresión. Afortunadamente existen técnicas psicológicas, cognitivo-conductuales, que resultan eficaces para los problemas de depresión y que en Estados Unidos se utilizan como primera opción de tratamiento. En la medida en que el uso del tratamiento cognitivo-conductual se extienda, se reducirá la presencia de formas crónicas de la depresión, que como ya se sabía, tiene unos efectos muy graves sobre todos los ámbitos de la salud.
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